Que nos dice la Iglesia acerca del suicidio

La noticia de la muerte del actor Robin Williams, ha abierto una herida en mí y mi familia. Cuando una persona muere de esta manera y más un actor reconocido como este, nos detenemos a pensar. Este caso, nos toca muy de cerca ya que pasamos por esa experiencia con mi sobrino.

Todavía recuerdo como ayer la llamada estremecedora que recibí de mi sobrina donde me informaba que mi sobrino se había quitado la vida. No lo podía creer. Tenía tantas preguntas. Y más cuando la misma familia ya había perdido 2 hijas más durante su juventud. Fue demasiado. En mi corazón no cabía tanto dolor.

Pero por alguna razón, esta noticia me ha tocado mucho. Es triste escuchar como la depresión afecta a las personas. En mi caso tuve mi primera experiencia al tener mi hijo y sufrir de post-partum (depresión que le da a las mujeres después de tener a su bebé.) Fue horrible. No me podía contener y como el, también me pasaron pensamientos de salir corriendo y dejarlo todo atrás. Pero por suerte, me detuve, tome acción y decidí visitar una psicóloga que me ayudo con mi problema.

Esto ayudo también a abrir mi corazón más a Dios. Y entre mi problema y la muerte de mi sobrino, necesitaba encontrar contestaciones a mis preguntas. Y tener esas herramientas para poder ayudar a mi familia. Pero en el tema del suicidio reconocemos el delito de tomar la propia vida. Es el rechazo directo de lo que Dios nos ha creado, una violación del 5^to mandamiento, pero ¿es siempre una circunstancia mortal y grave?

Según la historia, entendemos que el suicido es un atentado a la vida. Pero como seres humanos, no sabemos lo que sucede después de la muerte. Primero, nunca podremos entender y conocer los corazones y las acciones de los demás en la medida en que Dios hace. En segundo lugar, y esto es realmente de primera, jamás y nunca podemos entender la misericordia y la paz de Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice:

2282 Si se comete con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo. La cooperación voluntaria al suicidio es contraria a la ley moral. Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.

2283 No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.

El suicidio es un producto de un profundo dolor y el tormento que nadie puede entender. En la Iglesia, que no se encontrará nada en que la enseñanza acerca de ir al infierno por el acto. ¿Cómo debemos responder al suicidio entonces? Con compasión y oraciones. Mientras hacemos esto, tenemos la esperanza y la damos a otros que están en el mismo camino una esperanza de hablar con alguien.

Es importante estar alertos para poder identificar los síntomas y atacarlos a tiempo. Si tienes alguna duda o conoces a alguien que tenga estos pensamientos, llama a la línea Nacional de Ayuda y Prevención de Suicidios al 1-800-273-8255. Una llamada a tiempo puede salvar una vida.