3 cosas de Adviento que no sabes

Este domingo iniciamos oficialmente la temporada de Adviento en la Iglesia. Es un momento donde nos reunimos para rezar y prender la primera vela en preparación para la venida de nuestro Salvador. La palabra Adviento proviene del latín “Adventus” que significa la venida. En un principio con este término se denominaba al tiempo de la preparación para la segunda venida de Cristo o parusía y no el nacimiento de Jesús como ahora lo conocemos.

1. Corona de Adviento – Su origen tiene raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania) los cuales prendían velas para calentarse durante el invierno. Su forma circular denota que no tiene principio ni fin. Las cuatro velas nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Las ramas verdes representan la gracia de Dios y el perdón de los pecados.
2. Colores – Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia. Simbolismo de las velas. Las velas se encienden tradicionalmente en el siguiente orden: púrpura, púrpura, rosa, púrpura, blanco. La primera se llama “Vela de la Esperanza”. Simboliza la fe en Dios manteniendo sus promesas a la humanidad. La segunda se llama “Vela de Preparación”, recordándoles a los Cristianos que deben “prepararse” para recibir a Dios. La tercer es la “Vela de la Alegría”. Recuerda a los ángeles cantando alegremente sobre el nacimiento de Cristo. La cuarta vela, la “Vela del Amor”, les recuerda a los Cristianos que Dios los ama lo suficiente como para enviar a su único Hijo a la Tierra. La “Vela de Cristo”, la blanca del centro, representa a Jesucristo mismo.
3. Segunda venida de Cristo – Originalmente la primitiva Iglesia meditaba sobre los pasajes evangélicos que hablan del fin del mundo, el juicio final y la invitación de San Juan Bautista al arrepentimiento y la penitencia para estar preparados.

Te invito a que esta temporada tomes un momento en familia para reflexionar en el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y le abras tu corazón para que se llene de alegría y bendiciones.